Nos llamó la atención no solo por el menú y el precio, si no también por el sitio: El espigón de Bach de Roda en la Playa de la Mar Bella. El sitio es ideal porque el restaurante está en medio del espigón y comes rodeado por el mar y viendo unas vistas impresionantes de la costa.
Interior del restaurante donde se puede observar estas vistas.
Hasta ahí todo bien, pero lo demás un autentico desastre, desde que intentas reservar, hasta que sales del restaurante.
Para reservar tuve que hacer varias llamadas y escribir varios correos, como no había manera de hacer la reserva, tuve que optar por escribirles a su página en facebook, ahí si que me contestaron al momento y me hicieron la reserva y me mandaron un correo confirmándola para el sábado a las 13,30H. sin darme opción a elegir ni día, ni hora.
A esa hora llegamos y vimos que había cola en la recepción del restaurante, todo el mundo llevaba el bono, al llegar nuestro turno y dar el nombre, nos dicen que no hay ninguna reserva a nuestro nombre, le dije que como era posible si me la habían confirmado a través de facebook y de mi correo, supongo que debían recordar algo porque nos dijeron que bueno que no nos preocupásemos que a pesar de estar todo lleno nos hacían un hueco.
Surtido de tapas
Nos sentamos, pedimos la bebida y como media hora después llegó el surtido de tapas, el plato principal tardó otros cuarenta minutos y el postre otra media hora más, vamos desesperante porque además había bastantes camareros, con muy buena voluntad pero desde luego muy mal organizados, por supuesto los platos cuando lo servían estaban completamente fríos.
Plato principal
Además del sitio, solo se salva la presentación de los platos y la calidad de la comida, que a pesar de estar fría, estaba todo muy bueno.
En conclusión si no mejoran la organización en todos los aspectos, desde las reservas, hasta el servicio de comedor para mi no es un sitio recomendable. Esperemos que mejoren porque el lugar merece mucho la pena.
Aquí para entar en la web de Grupalia
Algo por el estilo había oído. Cuando antes era La Oca nada que ver con eso. Comer allí era un auténtico lujo y no lo digo por el precio.
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